¿Qué es el TDAH?
“El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que comprende un patrón persistente de conductas de desatención, hiperactividad e impulsividad y, aunque en la clínica se comprueba que suelen coexistir los tres síntomas, hay patrones en los que predomina uno de ellos. Es necesario señalar que hay otros síntomas asociados, como trastornos en el aprendizaje, en el lenguaje, inestabilidad emocional, baja tolerancia a la frustración y dificultades para un ajuste satisfactorio a las exigencias del medio. Se considera que el trastorno está presente cuando estas conductas tienen mayor frecuencia e intensidad de lo que es habitual según la edad y el desarrollo de la persona, y tales manifestaciones interfieren de forma significativa en el rendimiento escolar o laboral, y en sus actividades cotidianas y por tanto su capacidad de ajuste psicosocial (relaciones familiares y relaciones con iguales)”. (Protocolo de Atención a Personas con TDAH 2021. Junta de Andalucía. Consejería de Salud y Familias, 2021. Junta de Andalucía). Pág 2.
El trastorno de déficit de atención e hiperactividad puede presentarse de tres formas diferentes según el cuadro sintomatológico que la persona presente:
Causas
Existen múltiples factores de riesgo genéticos y ambientales que se acumulan en varias combinaciones para causar el TDAH. Estos factores de riesgo conducen a cambios sutiles en múltiples redes cerebrales y en los procesos cognitivos, motivacionales y emocionales que controlan.
Riesgos
El NO diagnóstico o diagnóstico tardío y la no intervención temprana hace que los riesgos de las personas con TDAH se dupliquen.
Las personas diagnosticadas con TDAH tienen un riesgo elevado de fracaso escolar, comportamiento antisocial, otros problemas psiquiátricos, trastornos somáticos, abuso de drogas y alcohol, lesiones accidentales y muerte prematura, incluido el intento y el suicidio consumado.
Tratamiento
Debemos tener claro que tener TDAH no SOLO afecta al ámbito académico, repercute en todos los ámbitos de la persona con TDAH. En la edad infantil afecta en su funcionamiento familiar, escolar, social y personal y al llegar a la edad adulta tenemos que añadir el laboral.
Partiendo de esta premisa, es importante asumir y entender la necesidad de un tratamiento multimodal donde se haga un buena evaluación de las necesidades de la persona y se cubran con los perfiles profesionales más adecuados: psiquiatra, neurólogo/a, psicólogo/a, psicopedagogo/a, pedagogo/a, educador…